A veces creemos que hacer crecer un negocio es solo sumar.
Más servicios. Más clientes. Más tareas. Más horas.
Pero llega un momento en que ya no puedes sostenerlo todo. Ni siquiera quieres.
En el método CLARO, la segunda parada es esta: la L de Liberación. Porque no se puede construir algo más ligero y consciente si no te atreves a soltar lo que ya no te representa.
Soltar no es renunciar. Es elegir. Es atreverse a revisar lo que haces y preguntarte si todavía tiene sentido. Es parar la inercia. Dejar de cargar con lo que pesa. Y recuperar el poder de decidir desde tu verdad.
Por eso, en esta parte del Diario vamos a detenernos un poco más. A mirar con honestidad. A cuestionar lo que se volvió automático. Y a hacer espacio para algo nuevo.
¿Cómo se estructura esta entrada del diario?
Liberarse no es algo que pase de golpe: se hace por capas. Por eso esta entrada se reparte en tres días, tres enfoques, tres formas de mirar lo mismo desde ángulos distintos:
No es un ejercicio de crítica. Es un ejercicio de honestidad. Para dejar de sostener lo que te drena. Y empezar a elegir lo que de verdad quieres sostener.
Hay tareas que haces casi sin pensar. Servicios que sigues ofreciendo porque “así empezó todo”. Clientes que mantienes por costumbre, aunque te desgasten. Y muchas veces no te detienes a preguntarte por qué.
Pero detrás de esa inercia hay peso. Peso que te impide avanzar con ligereza. Que te roba energía. Que te aleja de decidir con libertad.
Hoy te propongo parar un momento y observar con honestidad: ¿Qué estás cargando por rutina… que ya no quieres seguir sosteniendo?
Los “siempre” son cómodos. Dan seguridad. Pero también pueden ser trampas.
Siempre has ofrecido ese servicio. Siempre has trabajado de esa forma. Siempre has respondido a todo.
Pero… ¿Y si ese “siempre” ya no tiene sentido? ¿Y si ahora eres otra persona, en otro momento, con otra visión?
Liberarte empieza por cuestionar lo automático. Lo heredado. Lo que nunca te detuviste a rediseñar.
¿Qué estás haciendo solo porque alguna vez funcionó… pero ya no te representa?
A veces no hace falta pensarlo demasiado. Lo sabes. Lo sientes. Hay servicios que te desgastan más de lo que te aportan.
Clientes que te hacen dudar de ti cada vez que hablas con ellos. Pero sigues ahí porque ya están. Porque es más fácil mantener que cambiar. Porque da miedo soltar.
Rediseñar tu negocio también es aprender a soltar lo que ya no suma. Es elegir de nuevo desde tu verdad.
¿Qué parte de tu negocio ya no vibra contigo? ¿Estás dispuesta a dejarla ir?
Y recuerda: no se trata de destruir nada. Se trata de aligerarlo. De liberarte de lo que pesa. De crear un negocio que puedas sostener con alegría.
Y que también te sostenga a ti.
Creadora del Método CLARO, un programa de transformación para asesorías pequeñas que quieren salir del bucle y volver a disfrutar de su trabajo. Tras rediseñar su propia asesoría desde dentro, ahora acompaña a otros despachos a encontrar un modelo más sostenible, humano y rentable. Cree profundamente que otra forma de ejercer es posible… y desde este diario lo demuestra, artículo a artículo.