Nunca me sentí pequeña. Y no, tampoco tenía miedo de cambiar. Siempre he sido de las que se mueven, de las que empujan, aunque nadie entienda del todo por qué. Lo mío nunca fue quedarme quieta. Pero durante mucho tiempo, el problema no fue el miedo. Fue que no imaginaba que pudiera hacerse diferente.
Mi idea de éxito era la de siempre: una gran asesoría, más clientes, más espacio, más equipo, más facturación. Pensaba que ahí estaba la meta. Que ese era el camino lógico. Que crecer era avanzar. Y si no ibas a más, te estabas quedando atrás.
Hasta que un día entendí que ese modelo no era para mí.
Tenía un negocio que daba dinero, sí. Pero me quitaba energía, libertad y sentido. Me arrastraba a una forma de trabajar que no tenía nada que ver con la vida que quería vivir. Me pedía más equipo, más estructura, más horas, más presión. Y yo ya no quería más. Quería mejor.
Así que decidí cambiar el foco.
Dejé de pensar en crecer para fuera y empecé a crecer hacia dentro. Menos tamaño, más valor. Menos carga, más conciencia. Menos volumen, más alineación.
Quería un equipo pequeño, con relaciones humanas reales. Clientes con los que el trabajo fluyera. Poder elegir cómo trabajar, con quién, cuándo. Quería volver a ser dueña de mis días. Recuperar el control. Dejar de correr detrás de una facturación vacía y volver a sostenerme de verdad.
Y ahí entendí que no era yo quien tenía que adaptarse al negocio. Era el negocio quien tenía que adaptarse a mí.
Cambiar el modelo fue cambiar la mirada. Darme permiso para repensarlo todo. Para imaginar otras formas, aunque no las viera a mi alrededor. Y cuando se abrió esa posibilidad, fue como descubrir un nuevo idioma.
Uno donde no hace falta ser grande para tener valor. Donde el diseño del negocio parte de ti. De lo que necesitas. De lo que quieres sostener. Donde no se trata de tener más, sino de tener más claro.
Creadora del Método CLARO, un programa de transformación para asesorías pequeñas que quieren salir del bucle y volver a disfrutar de su trabajo. Tras rediseñar su propia asesoría desde dentro, ahora acompaña a otros despachos a encontrar un modelo más sostenible, humano y rentable. Cree profundamente que otra forma de ejercer es posible… y desde este diario lo demuestra, artículo a artículo.