La rentabilidad no es solo un número en una hoja de cálculo. Es la forma en la que tu negocio te cuida. Te permite sostenerte. Te da margen para elegir.
A veces pensamos que rentabilidad es solo facturar más. Pero si para conseguirlo te agotas, si todo depende de tu presencia constante, si al parar sientes culpa o miedo, entonces eso no es rentabilidad. Es otra forma de trampa.
En el método CLARO, la R de Rentabilidad no es solo mejorar precios o ingresos. Es revisar si el modelo que has construido te sostiene o te drena. Si respeta tu tiempo. Si te permite vivir.
Por eso, en esta parte del Diario vamos a hacer algo más profundo que revisar tarifas. Vamos a mirar cómo trabajas, cómo valoras tu tiempo y si tu negocio está realmente diseñado para darte margen.
Porque la rentabilidad no es solo financiera. También es emocional. Es estratégica. Es personal.
¿Cómo se estructura esta entrada del diario?
La rentabilidad no se arregla con un consejo rápido. Se reflexiona. Por eso esta entrada se reparte en tres días, tres enfoques, tres ángulos distintos para mirarla con calma:
No es un ejercicio para culparte. Es un espacio para ser honesta contigo. Para proteger tu energía. Y para empezar a rediseñar un modelo que te permita vivir.
El descanso no debería ser un lujo. Ni una excepción. Debería estar integrado en el diseño mismo de tu negocio.
Pero muchas veces no es así. A veces, parar da miedo. O provoca culpa. O te hace sentir que todo se descontrola.
Si tu modelo no te deja descansar sin miedo a que se caiga todo, algo está fallando. Porque un negocio que no te permite parar no es rentable. Es una trampa que te atrapa en el cansancio y la dependencia.
Hoy te propongo mirar eso de frente: ¿Puedes desconectar sin que todo se derrumbe? ¿O estás sosteniendo un modelo que solo vive si tú estás?
La rentabilidad no es solo facturar. Es también cómo usas tu tiempo.
A veces trabajamos mucho, pero mal enfocado. Horas y horas que se van en correos, gestiones, urgencias que no pagan. Jornadas llenas pero no productivas.
No se trata de trabajar más. Se trata de proteger el tiempo que realmente sostiene el negocio. De distinguir entre estar ocupado y estar enfocado.
Hoy te invito a reflexionar con honestidad: ¿Cuántas horas reales dedicas a tareas que generan ingresos? ¿Qué podrías reorganizar para proteger esas horas?
Una cosa es lo que cobras. Otra es lo que realmente ganas por tu tiempo, tu energía, tu atención.
Si tus precios no incluyen el tiempo de preparación, seguimiento, comunicación…
Si regalas lo que debería tener valor…
Si aceptas tarifas que no cubren ni tu descanso…
Entonces tu rentabilidad es solo apariencia. No hay margen real. No hay cuidado. No hay sostenibilidad.
Hoy te propongo que mires con claridad: ¿Qué servicio te está saliendo caro aunque parezca rentable? ¿Dónde estás perdiendo valor sin darte cuenta?
Y recuerda: no se trata solo de facturar más. Ni de exprimirte más. Se trata de diseñar un negocio que te dé margen. Que te sostenga de verdad.
Para que puedas vivir. Para que puedas elegir. Para que puedas descansar.
Creadora del Método CLARO, un programa de transformación para asesorías pequeñas que quieren salir del bucle y volver a disfrutar de su trabajo. Tras rediseñar su propia asesoría desde dentro, ahora acompaña a otros despachos a encontrar un modelo más sostenible, humano y rentable. Cree profundamente que otra forma de ejercer es posible… y desde este diario lo demuestra, artículo a artículo.